Un 5 de febrero de 1984, nacía Carlos Martínez en uno de los barrios más peligrosos del conurbano: el Fuerte Apache. Sin embargo, fueron sus tíos -Segundo Tevez y Adriana Martínez- quienes se encargaron de criarlo y darle la identidad definitiva.
Con una infancia difícil, marcada por la pobreza y la delincuencia, Carlitos creció sin muchas oportunidades y en medio de un accidente que le pudo haber causado la muerte: una olla de agua hirviendo cayó sobre él, cuando apenas tenía 10 meses.
Demostró su talento entre los más grandes y llamó la atención de All Boys, primer club que lo fichó tras un paso por el baby. Estuvo allí hasta que terminó los estudios y al poco tiempo cautivó a Boca, el club de sus amores.
El conjunto de Bianchi lo tuvo en cuenta y para fines del año 2001 empezó su camino en el mundo del fútbol con 17 años cumplidos. En 2002 jugó grandes partidos que lo consagraron como la nueva estrella xeneize.
Al año siguiente no solo consiguió títulos locales, sino que se coronó campeón de la Libertadores de América y luego levantó la Intercontinental en Japón. En 2005 fue vendido a Corinthians, donde también alcanzó la gloria.
Tras un año, fue convocado para el West Ham y luego se trasladó al Manchester City. Allí, se convirtió en el goleador del equipo, pero por un conflicto con el técnico debió cambiar nuevamente de club y su destino fue Juventus.
Luego de ganarse los corazones italianos, regresó a Boca y tras un año tomó la polémica decisión de jugar en China. Sin embargo, regresó al club azul y oro donde actualmente se desempeña.
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