En el inicio del 2021, el régimen de pequeños contribuyentes volvió a la agenda de la economía cotidiana de cara al tratamiento de una ley que establece un régimen puente para los que tienen que pasar al régimen general.
Concebido a fines de los 90 como una opción para promover la formalización de la economía y como un lugar de paso hacia el sistema impositivo general, el régimen simplifica-do para pequeños contribuyentes se convirtió con los años y por diferentes motivos, en un espacio de permanencia.
Los cambios que ya llegaron y los que llegarían en cuanto a las formas del trabajo podrían hacer que se incremente su peso sobre el total de trabajadores registrados.
El proyecto de ley que en la última jornada de 2020 envió el Poder Ejecutivo al Congreso, será tratado en los próximos días, según se anunció.
A octubre de 2020 los monotributistas eran 1.664.873 y los de la categoría social, 355.382.
Según los parámetros fijados para 2020, el monotributo admite a quienes tienen ingresos anuales de hasta $1.739.493,79 si prestan servicios, y de hasta $2.609.240,69 si se dedican al comercio. Si se aprueba el proyecto de ley, para todo este año las cifras pasarán a $2.353.535,1 y a $3.530.302,65, tras aumentar 35,3%. Ese porcentaje equivale a la suba que tuvo el año pasado la jubilación mínima.
Y es el índice incluido en la propuesta legislativa para ser usado como regla excepcional para 2021, ante la situación generada por la falta de vigencia, en 2020, de una fórmula de actualización de haberes (desde 2018, el monotributo se reajusta cada enero según la movilidad jubilatoria del año previo).
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