Diez bolsas que simulaban cadáveres fueron ubicadas en las rejas de la Casa Rosada durante la marcha del 27F. Una al lado de la otra, fueron dispuestas como una “intervención” que buscaba plantear una queja por el uso irregular de las vacunas contra el Coronavirus.
Cada una de ellas tenía un nombre: los amigos de Alberto, el hijo de Moyano, la familia Duhalde, los suegros de Massa, la mujer de Zannini, el sobrino de Ginés, Daniel Scioli, Martín Guzmán, los pibes de La Cámpora y Estela de Carlotto.
Tras la polémica que se originó en torno a las bolsas, la agrupación de derecha Jóvenes Republicanos la reivindicó a través de un comunicado. Según los integrantes, los bultos “representaban a los argentinos que murieron”.
El Presidente Alberto Fernández calificó como “un acto de barbarie” el gesto y repudió la manifestación en sus redes sociales.
Como respuesta, la extensión de la Unión Republicana sostuvo que “barbarie es robarle las vacunas al pueblo”.
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