La altura del río Paraná continúa en niveles mínimos y su registro actual es el segundo más bajo desde 1970. Así lo reveló un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario difundido este viernes. La situación genera gran preocupación en el sector agroexportador, que ya experimentó una caída en la actividad en agosto y no espera mejoras significativas en los próximos meses.
La reducción en el caudal del Paraná ha impactado en la carga promedio de los buques, que se ubicó un 6% por debajo en comparación con el mismo mes del año anterior. La Bolsa de Comercio subrayó la importancia de los niveles del río para la logística de exportación, especialmente en la región del Up River, responsable de una gran parte de las exportaciones de granos y derivados.
“Un menguante caudal de agua redunda en mayores costos especialmente para quienes lleven adelante actividades de exportación en la región del Up River, responsable del 76% de las cargas de granos, harinas y aceites de la Argentina en 2023″, apuntó el reporte.
“Los costos por un menor nivel de agua en el Paraná pueden incluir la necesidad de ajustar el volumen de carga en determinados tipos de buques en el Gran Rosario tanto para el ingreso como para el egreso de mercadería; costos superiores frente la necesidad de efectuar completamiento de carga en otros puertos; pérdidas que sufre el complejo agroindustrial local por menores precios de exportación, con presiones a la baja de primas FOB, entre otros factores”, explicó.
El Instituto Nacional del Agua (INA) advirtió que no se esperan grandes mejoras en los caudales del Paraná y los niveles de agua podrían continuar descendiendo en los próximos meses, lo que afectaría aún más al sector agroindustrial.
“La dinámica bajista de las aguas del Paraná es un fenómeno que inició hace relativamente poco. Considerando el parámetro de aguas bajas del INA para la altura de Rosario, el Paraná está con aguas bajas sostenidamente desde mediados de junio. No obstante, los pronósticos para los próximos meses traen preocupación mientras nos acercamos al pico logístico del trigo. La persistencia de estos niveles de agua podría comenzar a generar notables pérdidas para la agroindustria”, concluyó el informe.
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