Dos narcos colombianos en un barrio privado en Funes, autos y camionetas de alta gama, armas, una tonelada y media de cocaína escondida en bolsones de cereales para ser exportada desde el puerto rosarino: de todo esto empezó a hablarse este miércoles y continuará hoy jueves en los Tribunales Federales de Rosario, con el comienzo del juicio por los 1658 kilos de droga de máxima pureza que se encontraron en agosto de 2022 en Rosario preparados para salir al exterior.
El hallazgo de cocaína, cabe recordar, fue el mayor en la historia de Rosario y el cuarto en volumen en el país. Los panes de cocaína desplegados la mañana del operativo por tropas federales, que desplegaron tanquetas para cortar la calle, ocupaban toda una cuadra. La droga estaba envuelta en paquetes con el sello Louis Voutton: para los investigadores, esa pista llevaba al Cartel Jalisco Nueva Generación, de México. Aunque los que diseñaron y llevaron adelante el plan para sacarla desde Argentina fueron dos narcos colombianos. Mil quinientos quince kilos estaban en un galpón de Empalme Graneros, en Génova al 2400. Y otros 143 kilos en una casa del barrio República de la Sexta, muy cerca del puerto.
Respecto a los nueve hombres que acusará desde hoy el fiscal Federico Reynares Solari son de los integrantes de la “pata local” de la organización: Luciano Nicolás Argüello (nacido en Temperley, pero con domicilio en Funes), Marco Rodrigo Páez, Gabriel Andrés Nicolau, Lucas Eduardo Hitters, José Damián “Tano” Sofía y su hijo Gastón, Fabián Héctor “Mono” Crucianelli, Oscar Alfredo Rossi y Osvaldo Enrique Gorosito.
Por su parte los colombianos Alvaro Antonio Ramirez Duque -detenido en mayo pasado en España- y Gabriel Jaime Londoño Rojas -capturado en un aeropuerto de Emiratos Árabes Unidos a fines de noviembre de 2022- llegarán a juicio cuando finalicen sus trámites de extradición.
En la elevación de la causa a juicio, el Ministerio Público Fiscal dejó en claro que la banda venía siendo investigada por la DEA, la agencia norteamericana que persigue al narcotráfico. Los agentes de Estados Unidos habían advertido a la PROCUNAR argentina y a la Policía Federal que a mediados del año pasado que un cartel colombiano buscaba exportar de forma ilegal desde el puerto de Rosario un gran embarque de cocaína, disimulado en un cargamento de pellets de maíz. La firma que anotó ese trámite exportador de manera formal fue una empresa radicada en la provincia de Córdoba que nunca había vendido al exterior.
Para la logística, el grupo utilizó autos y camionetas de alta gama. Además, habían alquilado una casa en el barrio privado “Aguadas” de Funes para hacer las reuniones previas. En la investigación se detectó que uno de los acusados, el “Tano” Sofía, ingresaba al country con su nombre adulterado. Además, la DEA había verificado movimientos de integrantes de la banda por esos días en Nordelta, en la localidad bonaerense de Tigre y en Puerto Madero.
La primera audiencia del juicio se realizó ante el Tribunal Oral N°3 se este miércoles en el antiguo edificio de la justicia federal en Boulevard Oroño y continúa este jueves.
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