Daniel Néstor Aguilar Soto declaró y confesó ante el fiscal José Mana haber matado a su amiga Catalina Gutiérrez, la estudiante e influencer cordobesa de 21 años, al tiempo que se mostró arrepentido.
Así se lo informó su abogado Gastón Schönfeld a la agencia Noticias Argentinas, quien resaltó que fue un testimonio breve.
El joven está acusado de homicidio calificado por alevosía y por mediar violencia de género.
Además, se había negado la semana pasada a someterse a una pericia psicológica por consejo profesional de sus defensores.
“Yo la maté, le arruiné la vida, me arruiné la vida, arruiné la vida de nuestras familias y estoy muy arrepentido”, señaló el sospechoso de 21 años, que era un amigo muy íntimo de la víctima.
En este sentido, el femicida no respondió preguntas, mientras que Schonfeld afirmó: “A partir de ahora comenzaremos a analizar la prueba”.
Por su parte, tras prestar testimonio Soto se retiró de la oficina del fiscal Mana, bajó la cabeza al ver las cámaras de televisión para evitar que vieran su cara.
De acuerdo a lo manifestado por Schönfeld, en los últimos días el joven fue trasladado de pabellón en la cárcel Reverendo Francisco Luchesse de Córdoba para “estar con reclusos de baja peligrosidad”.
Si en el juicio oral se lo declara culpable del crimen, será sentenciado a la pena de prisión perpetua.
Aunque Schönfeld aseguró que su defendido no confesó el asesinato, ni dijo frente a los policías que la influencer era “el amor de su vida”, las pericias tecnológicas y la declaración de las personas cercanas a ambos jóvenes serán importantes, ya que podrían develar información relevante para el caso.
Ahora, al haber confesado el feroz femicidio de Catalina Gutiérrez ocurrido el pasado 17 de julio en el auto de la víctima, la declaración de Soto toma validez judicial. De esta forma, quedó más comprometido.
Sin embargo, los investigadores tratan de averiguar si actuó solo o contó con la participación de más personas a la hora de matar a la joven de 21 años.
El resultado de la autopsia había revelado que Catalina murió producto de una asfixia por estrangulamiento, a la vez que fue golpeada por su asesino que intentó prender fuego el vehículo aunque no lo logró.
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