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“Animales Fantásticos 3”, más Natalia Oreiro con una argentina y “El joven Ahmed” llegan a las salas de Rosario

 

Mercedes Morán y Natalia Oreiro en “Las Rojas” como dos paleontólogas que encuentran restos de un animal mitológico, Jude Law y Eddie Redmayne protagonizan la tercera parte de la saga que funciona como precuela de Harry Potter y una coproducción entre Francia y Bélgica sobre un joven que comienza a dudar de sus creencias, son las tres pelis que llegan a renovar la cartelera rosarina. Como siempre una selección de reviews para elegir que ver en el cine.

 

“Animales Fantásticos 3: Los Secretos de Dumbledore”

El mundo de JK Rowling tiene códigos que solo pueden comprender en su totalidad los que han seguido su obra a lo largo de los años. Y no me refiero a los que, como yo, solo hemos visto las películas de HARRY POTTER y a esta altura solo recordamos media docena de personajes y similar cantidad de situaciones memorables. Como todos los «universos» literarios/cinematográficos (el de Marvel, mucho más expandido, es comparable) puede extenderse transversalmente de manera infinita para el deleite de sus fans y, por lo general, la confusión o el hastío de los casuales espectadores.

Pero así como el mundo Marvel parece dominado por una eterna sucesión de crossovers y efectos especiales, la aparición de ANIMALES FANTASTICOS Y DONDE ENCONTRARLOS resulta, dentro de este contexto, bienvenida por dos motivos. Por un lado, más allá de que sean los elementos más promocionados en los trailers, no es una película atosigada por sus efectos. Es cierto que, cuando tienen que usarlos, los expertos en el tema sacan a relucir sus últimos trabajos de orfebrería digital, pero durante buena parte de la película desaparecen o son utilizados con una discreción y elegancia que se creían perdidas. Y, por otro, las diferencias temporales y de ubicación con respecto a los filmes de HARRY POTTER, al menos por ahora, no obligan al espectador a establecer demasiadas conexiones con aquellos filmes. Sí, es cierto, las palabras que Rowling inventó para el mundo de los magos siguen siendo igual de confusas que antes, pero no dificultan el acercamiento al filme de una nueva generación que puede no saber muy bien quien es Hermione…

Hay otro importante punto a favor de la película da David Yates, el mismo director de las cuatro últimas aventuras de HP: su apuesta por cierto clasicismo narrativo. Al situar su película a mediados de los años ’20 en Nueva York, Yates entra a un universo cinematográfico bastante explorado en Hollywood (por momentos me hizo recordar a HUGO, de Martin Scorsese) y conecta con cierta lógica de los tiempos y personajes típicos del cine clásico, como lo son la rubia Queenie y el muggle Jacob (en EEUU, a los muggles se se los llama no-mags), que se cuentan entre los principales compinches de Newt Scamander, el british wizard y especialista en los animales fantásticos que ha llegado a Manhattan con algunas tareas por realizar. Pero en otro clásico enredo propio del «screwball comedy» de la época que el filme retrata, una valija se confunde con otra, los animales que Newt trae desaparecen causando todo tipo de estragos y el equipo que ellos forman (hay que sumar aquí a Tina Goldstein, una empleada de MACUSA, el Ministerio de Magia en versión norteamericana) se tiene que dedicar a buscarlos y volverlos a encerrar en el maletín. Pero esto es solo la excusa para algo mucho más importante que se anuncia apenas comenzado el filme: una misteriosa criatura visible solo como un viento atronador azota la ciudad destrozando todo a su paso y poniendo en peligro la ya de por sí difícil convivencia entre magos y no-magos.

De hecho, hay una suerte de caza de brujas en pleno funcionamiento, con Samantha Morton a la cabeza, dueña de un orfanato que trae más conflictos que soluciones, ya verán porqué. Y los magos, como siempre, también tienen sus intrigas palaciegas, sus traidores y quienes no están muy de acuerdo con la idea de someterse al control o la represión de los humanos, como Percival (Colin Farrell), quien parece estar detrás de (o, al menos, interesado en) estos ataques brutales a los neoyorquinos.

La trama de ANIMALES FANTASTICOS… es muy rica en lecturas políticas y sociales, especialmente en esta época post-Trump, donde los debates sobre las minorías, cualquier tipo de fascismo político y crecientes actos de rebeldía son noticia todos los días. Aún cuando la película precede al trumpismo, Rowling es consciente de esos ejes y su guión toca varios de esos temas (la «caza de brujas» es el más evidente) de una manera más inquietante que las películas de superhéroes que coquetean con esas temáticas pero prefieren ponerlas en segundo plano ya que lo más importante parece ser destruir planetas enteros. Aquí, los héroes pueden tener sus poderes, pero no son los «machos alfa» de ese tipo de película. Scamander es, más bien, su perfecto opuesto.

No todo es redondo en la película de Yates. Pese a su clasicismo y su decisión por presentar una historia completa y compleja sin olvidarse de ella promediando la película para pasar a los golpes, hay momentos en los que sí apela a banales y evidentes ganchos de taquilla. Buena parte de la búsqueda de las criaturas fantásticas no es otra cosa que una versión bestial de un juego de Pokemon Go y más allá de la simpatía de algunos de estos bichos, el asunto se vuelve un tanto tedioso por un tiempo.

Igualmente dudosa, al menos para mí, es la interpretación de Eddie Redmayne, el protagonista de la historia. Si bien es aplaudible la idea de que el héroe del filme sea un tímido y estudioso especialista en estas criaturas (con habilidades mágicas que no parecen ser superiores a las de cualquier otro) en lugar de una superpoderosa figurita de accion, Redmayne lo convierte en una suerte de freak similar a los que interpretó en otras películas: cabeza torcida, mirada hacia el piso, un susurro interno como voz. Debido a su interpretación pseudo Actor’s Studio, Newt está más cerca de parecer un autista sabio que otra cosa. Tal vez tenga que ver con el plan a largo plazo de la saga que, de no mediar un fracaso de público, promete incluir cinco películas, pero no encaja nunca con el espíritu clásico del resto del filme y le quita vitalidad. Newt puede ser lo que se llama un timorato «gusano de biblioteca», pero Redmayne le pone tantos pequeños tics que lo vuelve un tanto insoportable.

De todos modos, más allá de esas pequeñas objeciones, ANIMALES FANTASTICOS… es una muy sólida y noble película de aventuras para un público adolescente y adulto (como en las últimas HP, la apuesta de Rowling/Yates ya no es tanto para niños-niños) que logra evitar buena parte de los clichés de las superproducciones contemporáneas. O será que el mundo de los magos de la escritora británica, en unos pocos años, quedó como un remanso de clasicismo, control y organización narrativa frente a las cada vez más frenéticas, explosivas e incomprensibles películas de acción de hoy. En todos los complejos.

 

 

“El joven Ahmed”

 

 

Dos veces ganadores de la Palma de Oro con Rosetta (1999) y El niño (2005), los hermanos Dardenne regresaron a la edición 2019 del Festival de Cannes -donde obtuvieron el premio a Mejor Dirección- con este intenso film que aborda una problemática muy actual como la tentación del integrismo religioso entre los adolescentes. El estreno en cines de Argentina se da justo cuando los veteranos cineastas están por presentar en la misma muestra francesa su más reciente trabajo titulado Tori et Lokita, sobre la amistad entre dos jóvenes refugiados africanos afincados en Bélgica.

Los creadores de La promesa (1996), Rosetta (1999), El hijo (2002), El niño (2005), El silencio de Lorna (2008), El chico de la bicicleta (2011), Dos días, una noche (2014) y La chica sin nombre (2016) narran en su noveno largometraje la desgarradora historia del personaje del título (Idir Ben Addi), un muchacho de 13 años que en la Bélgica actual se debate entre la integración social que le proponen tanto su familia como su maestra de la escuela (a la que termina agrediendo físicamente) y el fanatismo religioso con el que lo manipula Youssouf (Othmane Moumen), el imán de la mezquita a la que acude. La pregunta que nos hacemos es casi inmediata, inevitable y angustiante: ¿estamos ante un posible terrorista yihadista en un futuro no tan lejano?
Si bien no se ubica entre los mejores trabajos de estos dos notables realizadores, El joven Ahmedresulta un film bastante compacto, intenso y provocador en su mirada a una problemática cada vez más acuciante en la Europa contemporánea con el furor del integrismo que aprovecha el desconcierto, la frustración y la irritación de tantos preadolescentes y jóvenes para sumarlos a sus causas extremistas.

En beneficio de El joven Ahmed podemos celebrar que evita el sentimentalismo de algunas de sus películas recientes, aunque también hay que indicar que el desenlace no está a la altura de la trayectoria de estos dos grandes maestros. La sensación analizando su filmografía en retrospectiva es que Luc y Jean-Pierre Dardene concibieron sus films más contundentes y conmovedores en la etapa inicial de sus carreras y que luego -aun sosteniendo el rigor de sus narraciones y la mirada humanista de sus historias- comenzaron a repetirse en ciertos esquemas y enfoques, más allá de ir variando un poco sus temas. El impacto, en ese sentido, ya no es el mismo, aunque siempre es de celebrar la vigencia de dos autores que de alguna manera marcaron a fuego el cine (hiper)realista europeo al punto de convertirse en influencia y referencia para varias generaciones. En el Monumental y en el Del Centro.

 

 

“Las Rojas”

 

 

Tras dos muy buenos largometrajes como Ciencias Naturales y El Pampero, el cordobés Matías Lucchesi viajó a los majestuosos exteriores de Mendoza para rodar una película con dos poderosas protagonistas femeninas (personajes al servicio de figuras de la talla de Mercedes Morán y Natalia Oreiro), aires de western y una vuelta de tuerca del orden de los fantástico basada en leyendas sobre el hipogrifo, un animal mitológico con algo de águila, de caballo y de león. Uno podría decir que en la trama pergeñada por el propio director y el prolífico Mariano Llinás hay tres personajes centrales y uno secundario, pero en verdad los muchas veces hostiles paisajes montañosos de Uspallata y Potrerillos fotografiados a puras panorámicas en pantalla ancha por Ramiro Civita son también protagonistas de un film que pendula no siempre con la fluidez deseada entre el drama y el cine de aventuras.

La primera escena de Las Rojas es desconcertante: Carlota (Mercedes Morán), reconocida paleontóloga, es entrevistada en el programa Ciencia Hoy de la televisión italiana y termina peleándose en cámara con el conductor. Estamos ante una mujer avasallante, de pocas pulgas, que no está dispuesta a (con)ceder en nada. Nos reencontraremos con ella en un aislado campamento ubicado en plena zona andina y hacia allí se dirige también Constanza (Natalia Oreiro), alguna vez promisoria paleontóloga pero que hoy cumple funciones administrativas para una fundación extranjera que financia proyectos como los de Carlota. Cuando la dueña del lugar se da cuenta de que Constanza está allí para controlar su trabajo y las finanzas las tensiones entre ambas resultan más que evidentes. Pero no serán ellas las antagonistas principales de este western contemporáneo, ya que pronto aparecerá un tercero en discordia, Freddy (Diego Velázquez), al que Carlota ve como el diablo personificado porque constituye una competencia y amenaza a todo lo que ella ha ido consiguiendo (descubriendo), y con el que Constanza tendrá en principio algún tipo de acercamiento íntimo. No conviene adelantar más detalles de una película que, como quedó dicho, va del realismo puro a los más variados géneros y de allí a lo fantástico en un vuelco que por momentos remite a otro film rodado en Mendoza como Muere Monstruo Muere, de Alejandro Fadel. Más allá de algunos elementos dramáticos cautivantes, del imponente despliegue visual y sonoro (la música de Hernán Segret es bella, pero demasiado intrusiva) y del indudable profesionalismo de sus intérpretes, el resultado de Las Rojas no es tan satisfactorio como los antecedentes de Lucchesi hacían suponer. No deja de ser una propuesta valiosa, parcialmente lograda, pero había en este proyecto recursos y talento para algo más. En el Monumental, en Del Centro y en el Showcase.

 

Fuente: Otros Cines, Diego Batlle, Diego Lerer, Micropsia.

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