Dos activistas de la agrupación Just Stop Oil (JSO) vandalizaron con tiza naranja la tumba del naturalista Charles Darwin en la Abadía de Westminster, Londres, donde escribieron el mensaje “1.5 is dead” (1.5 está muerto).
Se trata de una acción que buscó llamar la atención sobre el incumplimiento de los compromisos globales para lograr limitar el aumento de la temperatura a 1.5 °C, objetivo a través del cual se podrían evitar consecuencias catastróficas del cambio climático.
La Policía local detuvo a dos mujeres identificadas como Alyson Lee, de 66 años, y Di Bligh, de 77, bajo sospecha de causar daños criminales. Ambas fueron trasladadas a una comisaría del centro de Londres, donde permanecieron bajo custodia.
Según un portavoz de la Abadía, de inmediato limpiaron el monumento y no habría daños permanentes en la tumba del célebre naturalista.
Darwin fue el científico más influyente de los que plantearon la idea de la evolución biológica a través de la selección natural.
Las activistas justificaron su accionar con el argumento de que Darwin estaría de su lado si viviera hoy. “Lo hicimos en su tumba porque él seguiría la ciencia, y estaría tan indignado como nosotros por la inacción del gobierno frente al cambio climático”, declaró Lee.
En un comunicado de JSO, se advierte sobre la necesidad de una acción inmediata: “Las palabras no bastan, las emisiones (de gases de efecto invernadero) siguen aumentando y no se puede negociar con las leyes de la física”, afirma.
El grupo JSO, conocido por sus protestas disruptivas, ya había realizado accciones similares, como por ejemplo el lanzamiento de sopa sobre la obra “Los girasoles” de Van Gogh y pintura naranja sobre las piedras de Stonehenge.
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