En su primera intervención en la Cumbre del G20, Alberto Fernández cuestionó en duros términos al Fondo Monetario Internacional (FMI) y aseguró que “no hay inocentes en esta historia”. “Son tan responsables los que se endeudaron sin atender las ruinosas consecuencias sobrevinientes, como los que dieron los recursos para financiar la fuga de divisas”, disparó el Presidente.
“El actual sistema, que prioriza a la especulación sobre el desarrollo de los pueblos, debe cambiar. La deuda externa que mi gobierno heredó con el FMI y que hoy estamos afrontando es un claro ejemplo de lo que está mal: única en la historia por su monto y por sus condiciones de repago, aprobada para favorecer a un gobierno en la coyuntura, acaba condenando a generaciones que miran impávidas el destino que le ha sido impuesto”, indicó.
El jefe de Estado, que este sábado se reunirá con la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, rechazó que reniegue del capitalismo. Sin embargo, criticó al modelo porque sometió “a la producción y al trabajo a la lógica de la especulación financiara”.
“La ética social debe darle contenido a la economía. El G20 debe involucrarse en esa tarea sabiendo que tanta injusticia social rodea nuestras vidas”, subrayó. Y agregó: “Millones de hombres y mujeres viven en la pobreza. Esa población sufriente habita, en su inmensa mayoría, en países en desarrollo”.
Por otra parte, Fernández mantuvo un diálogo con Joe Biden, titular del Ejecutivo norteamericano, antes de la primera sesión plenaria. Fue un encuentro breve e informal, donde el jefe de Estado quedó sorprendido por la afectuosidad del demócrata.
“Me fue muy bien con nuestro amigo común”, le comentó Biden a Alberto Fernández, en un código político que es fácil de interpretar.
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