Nadie podía imaginar que aquella mañana del seis de agosto de 2013 la vida de 22 familias cambiaría para siempre. Una fuga de gas en un edificio emplazado sobre la calle Salta 2141 provocó el derrumbe, y con él, el fallecimiento de 22 personas que habitaban algunos de los departamentos del mismo. A partir de ese momento, todos los años a las 09.38 horas suena la característica sirena de los Bomberos, un homenaje para los que ya no están.
Entre las víctimas fatales se encuentran: Federico Balseiro, Maximiliano Fornarese, Santiago Laguia, Carlos López, Hugo Montefusco, Domingo Oliva, Juan Natalio Pennice, Roberto Daniel Perucchi, Maximiliano Vesco, Teresita Babini, Florencia Caterina, Eraselli Clides Ceresole, Luisina Contribunale, María Esther Cuesta, Lydia D’Avolio, María Emilia Elías, Beatriz López, Estefanía Magaz, Adriana Mattaloni, Soledad Ulián Medina, Ana Rizzo y Débora Gianángelo.
En total se contabilizaron 22 víctimas fatales y más de 60 personas resultados heridas. Decenas de dotaciones de Bomberos y rescatistas se hicieron presente de diferentes partes del país para colaborar con la búsqueda de aquellos desaparecidos que se encontraban debajo de los escombros.
En primera instancia hubo 11 acusados por lo sucedido aquel seis de agosto del año 2013. El principal apuntado fue Carlos García, gasista que estuvo a cargo del último mantenimiento, y fue el único en ser condenado en la primera resolución. También fue señalado José Luis Allala, plomero que había realizado un trabajo previo en la torre donde se produjo la explosión. Por el lado de la administración del edificio se sentaron en el banquillo Norma Bauer, Mariela Calvillo y Carlos Repupilli, mientras que de Litoral Gas estuvieron Guillermo Oller, Luis Curaba y Gerardo Bolaño, además de Claudio Tonucci, jefe de mantenimiento de la compañía. Por último, fueron denunciados Viviana Leegstra, por entonces gerenta técnica de Litoral Gas, y Pablo Miño, ayudante de García.
La única familia de las víctimas en presentarse como querellante fue la de Débora Gianángelo, una joven de 20 años que estudiaba abogacía cuando ocurrió la tragedia. Adrián, su hermano, vivía con ella y es el responsable de que la búsqueda de justicia aún siga en pie. En un nuevo aniversario de la explosión de calle Salta, el Colo habló en exclusiva con RedBoing sobre la causa judicial que todavía sigue su marcha.
“Quedó todo en la corte, presentamos una queja por la negación por el recurso de anticonstitucionalidad. Está en la corte de la provincia de Santa Fe. A través de una resolución tienen que ver si la admiten o no la admiten, y si la admiten tienen que tratarlo”, comenzó relatando Gianángelo. ” Estamos realmente solos, encima nadie quería ir en contra de Litoral Gas, los estudios jurídicos de Rosario no querían agarrar el caso, nadie quería enfrentar al socialismo”.
Por otro lado, Adrián rememoró: “Nuestra estrategia en un principio fue ir contra once personas que fueron imputadas en un proceso penal. La primera sentencia fue vergonzosa, desfavorable para las víctimas. Nosotros apelamos, pero reafirmaron el fallo de primera instancia. Ahí presentamos un recurso de queja, tenemos que esperar si la corte lo admite o no. Si no, tendremos que ir a la Corte de la Nación, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y en última instancia a La Haya”.
“Nosotros tenemos la firme convicción de ir siempre hasta el final. Lo de mi hermanita nos mató en vida y también en lo económico. Nosotros pagamos todos los abogados, no sabemos que más vender para hacer frente a los gastos. Nunca vamos a arreglar ni vamos a ponerle un precio a mi hermana, porque la empresa aseguradora representa al consorcio, al gasista y a Litoral Gas”, remarcó Adrián.
Con respecto a la lucha por la búsqueda de la justicia por las víctimas fatales de la explosión, Gianángelo agregó: “Nos sentimos muy solos, es una soledad total la que vivimos, pero no solamente económicamente, si no también porque nadie del Estado nos ayudó. Al contrario, le brindó defensores a los acusados, y yo tuve que salir a buscar uno particular”.
Para finalizar, Adrián expresó, con la firme convicción de tratar de llegar hasta el final en su pedido de justicia por la muerte de su hermana de 20 años, y de otras 21 personas que fallecieron por la negligencia a la hora de mantener en buen estado el edificio donde habitaban. “No se terminó el juicio, nosotros seguimos siempre para adelante, y vamos a estar hasta las últimas instancias judiciales”, cerró.
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