A dos años de la partida del astro futbolístico, los ocho acusados de “homicidio con dolo eventual” continúan haciendo su vida normal y trabajando en el área de salud, tanto pública como privada, a la espera de la decisión de la Cámara de Apelaciones de San Isidro sobre si la causa irá a juicio oral.
El 22 de junio, cuando se elevó la causa a juicio, el juez Díaz sostuvo que los ocho imputados no cumplieron “con el mandato de actuar que la buena práctica médica colocaba en sus cabezas”, y que como “garantes” de la condición del exfutbolista, tuvieron la posibilidad de “revertir” su cuadro cardíaco y no lo hicieron.
Además, los fiscales Ferrari, Iribarren y Capra y el juez Díaz coincidieron en que todos deberán enfrentar una imputación como presuntos coautores de un “homicidio simple con dolo eventual”.
Según la hipótesis fiscal planteada en el requerimiento de elevación a juicio, el equipo médico de Maradona fue “deficiente”, “temerario” e “indiferente”, sabía que el “10” podía morirse en el estado en el que se encontraba y no hizo nada para evitarlo.
A pesar de ser un delito con una pena que ronda entre los 8 y 25 años de prisión, los fiscales nunca ordenaron las detenciones y los acusados llegarían en libertad al juicio oral, en caso de ser confirmado. De todas formas, si la Cámara de San Isidro confirma la instrucción, la causa se sorteará para designar al Tribunal Oral en lo Criminal de San Isidro que juzgará pero, no ocurrirá antes del segundo semestre del 2023.
¿Quiénes son los involucrados y de qué se los acusa?
Leopoldo Luciano Luque de 41 años, es neurocirujano y principal imputado, ya que para los fiscales era el médico de cabecera de Maradona y fue quien firmó la externación de la Clínica Olivos para llevarlo a la internación domiciliaria.
Está acusado de evitar asistir o propiciar la debida atención médica a Maradona, sin garantizar los controles y estudios cardiológicos correspondientes. Además de ignorar los síntomas y signos que anunciaban el riesgo de muerte. También está imputado por “uso de documento privado adulterado” por pedir una historia clínica del “10” con una firma falsificada de su paciente.
Agustina Cosachov de 37 años, otra de los principales imputados, era la psiquiatra de Diego y se encargaba de indicar la medicación psiquiátrica que debía tomar Maradona, también firmó la externación de la Clínica Olivos.
La acusan de no tomar los recaudos adecuados conociendo la patología cardíaca y desentenderse de los efectos adversos de la medicación, tampoco se hizo cargo de la reanimación del paciente. Fue la responsable de apartar los acompañantes terapéuticos y, además fue imputada por “falsedad ideológica”, ya que le atribuyen haber confeccionado un certificado de aptitud mental de Maradona sin haber ido a visitarlo.
Carlos Ángel “Charly” Díaz de 30 años, se desempeñaba como psicólogo del “10” y es considerado como uno de los integrantes del “equipo médico tratante”. Ingresó al staff médico por el abogado y representante Matías Morla.
Está acusado de no internar a Diego en un centro de rehabilitación adecuado y de tomar decisiones ajenas a su incumbencia. También apuntan que manipuló a la familia, “proponiéndoles que todo lo que estaba sucediendo era producto de la libre y espontánea decisión de Maradona” y ocultó información sobre el cuadro real de Maradona.
Nancy Edith Forlini de 53 años era la médica a cargo de la Gerencia de Cuidados Domiciliarios de la empresa Swiss Medical y coordinadora -para la prepaga- de la internación domiciliaria de Maradona.
Está culpada de no cumplir las tareas mínimas de su cargo, no analizó si la vivienda cumplía con las condiciones para un paciente con limitaciones físicas de Maradona. Estaba al tanto de las falencias en el servicio de enfermería sin tomar medida alguna.
Mariano Ariel Perroni de 41 años se desempeñaba como coordinador de enfermeros de la empresa “Medidom”, subcontratada para aportar enfermeros y médicos a la internación domiciliaria del DT de Gimnasia en aquel entonces.
Lo acusan de completar erróneamente las planillas de las atenciones medicas, dando cuenta de la incompatibilidad entre lo que figuraba y el estado real de Maradona. Además demostró un comportamiento desinteresado e indiferente frente a la situación de emergencia.
Ricardo Omar Almirón de 39 años, era el enfermero durante el turno noche y madrugada y, Dahiana Gisela Madrid de 38 años, era la enfermera encargada durante la mañana y la tarde, están acusados de no asistir a Maradona durante el 24 y 25 de noviembre de 2020, teniendo en cuenta su delicado estado de salud. No realizaron las revisaciones como correspondía. Además, fueron los últimos que tuvieron contacto directo con Diego al menos 12 horas previas a su fallecimiento, cuando ya se encontraba agonizando sin advertir los signos.
Por último, Pedro Pablo Di Spagna de 49 años era el médico clínico contratado para el seguimiento de Maradona en la casa de Tigre. Formaba parte del chat de enfermeros y médicos en el cual se reportaban las novedades del paciente.
Está acusado de no cumplir con sus responsabilidades, ya que se abstuvo de controlar con regularidad el estado de salud del paciente. Se presentó dos veces: el 12 y el 18 de noviembre del 2020, avalando la negativa de Diego a ser controlado, atentando contra la vida de Maradona.
Comentarios