María Eva Duarte nació en 7 de mayo de 1919 en la localidad bonaerense de Los Toldos. Su padre Juan Duarte, era un político conservador oriundo de Chivilcoy que mantenía una relación clandestina con Juana Ibarguren. El papá de Eva fallece cuando ella tenía 7 años y al asistir al velorio junto a su madre y a sus hermanos fueron rechazados por la familia Duarte, excepto por un tío que dejo que acompañen al cortejo fúnebre hacia el cementerio.
La infancia de Evita fue muy dura, ya que sin la protección de su padre, la familia entró en una profunda crisis económica que apenas atenuaban con el trabajo de costurera de su mamá A los 11 años se mudó con su madre y hermanos a la ciudad de Junín, allí realizó la escuela primaria y comenzó su vocación por la actuación. La posición económica de la familia mejoró debido a que sus hermanos mayores comenzaron a trabajar y a aportar dinero en la casa.
Evita a los 15 años terminó la primaria y decidió viajar a Buenos Aires para triunfar en la actuación. Se instaló en varias pensiones de mala muerte pero su hermano Juan la protegió de los peligros de la gran ciudad. Trabajó en compañías de teatro donde tenía papeles chicos hasta que a los 19 años logró encabezar la compañía del teatro “Del Aire” y a partir de allí ingresó en muchos radioteatros que se emitían para todo el país.
A los 23 años, la compañía Candillejas la contrata como miembro estable de sus producciones que se emitían por Radio El Mundo, por esos años dejó de vivir en pensiones y compró su departamento en el barrio de Recoleta, debido a los ingresos económicos que le generaba trabajar como actriz de primera línea en la Radio.
En 1944 conoce a quien será el amor de su vida, el coronel Juan Domingo Perón, en un evento benéfico, organizado para las victimas del terremoto de San Juan, en el Luna Park. Perón era el Secretario de Trabajo y Previsión Social y una figura ascendente dentro del gobierno del general Edelmiro Farrel. Al mes de conocerse ya vivían juntos y Evita progresaba notoriamente en su carrera como actriz.
El 17 de octubre de 1945, el país tuvo un punto de quiebre dentro de su historia. La labor en beneficio del sector obrero llevada a cabo por Perón, quien a su cargo había sumado el de Ministro de Guerra y Vicepresidente de la Nación, tuvo una gran aceptación en las clases populares pero un profundo desprecio por la alta alcurnia y algunos compañeros de armas. Perón es destituido de sus cargos y llevado a la Isla Martín García. Precisamente ese día, los trabajadores de todo el país concentraron por primera vez en la Plaza de Mayo y pidieron por la libertad del líder. Luego de semejante respaldo, Perón es liberado y comenzó su campaña electoral en vísperas de las elecciones de 1946. el 22 de octubre de 1945, se casaron en Junín en una ceremonia intima, solamente para familiares y allegados muy cercanos
Eva lo acompaño en todo el proceso electoral y adquirió mucha ascendencia dentro de los trabajadores.
Perón ganó las elecciones y asumió el 4 de junio de 1946. Evita, llamada cariñosamente por las clases populares, comenzó una gran obra benéfica desde la Fundación Eva Perón y además lidero algunas conquistas importantes como el sufragio femenino, la igualdad jurídica en el matrimonio y la patria potestad.
Armó el Partido Peronista Femenino para darle más apoyo a Perón, quien en 1949 logró la reforma constitucional que tanto anhelaba.
Su trabajo político y social fue un pilar fundamental de los primeros años del peronismo, su figura causó una veneración en los “cabecitas negras” (inmigrantes que llegaban desde el interior hacia el área metropolitana de Buenos Aires a buscar trabajo) y un odio visceral de las clases más pudientes que la llamaban “bataclana”, “puta resentida”, “la señora” (en tono sarcástico) y demás motes despectivos. Eva llamaba a sus seguidores “descamisados” debido a que usaban la camisa por fuera del pantalón o directamente se la sacaban cuando asistían a un acto peronista.
En 1950 sufrió cáncer de útero y su salud se debilitó cada vez más, pese a esto, siguió trabajando por las clases populares hasta que sus fuerzas se lo permitieron. Luego de varias intervenciones quirúrgicas, el 26 de julio de 1952, falleció en el Palacio Unzué, residencia presidencial de aquellos años.
El recuerdo de Evita trascendió varias generaciones y aún hoy, a 70 años de su muerte, la recuerdan como la “abanderada de los humildes” y como la mujer que realizó una transformación social que le cambió la vida a millones de argentinos.
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